Teoría de la hipermedia
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Investigación de los elementos básicos de la hipermedia
1. Modelo de Dexter
Se encarga de establecer un estándar para estructurar sistemas de hipertexto, definir terminología común y facilitar la interoperabilidad.
Estructura en tres capas:
Capa de tiempo de ejecución (Run-time layer):
Permite la interacción del usuario con el hipertexto.
Define cómo se presentan los componentes en función del contexto o preferencias del usuario.
Capa de almacenamiento (Storage layer):
Contiene los nodos y enlaces organizados como una base de datos.
Define los componentes atómicos (mínimas unidades de contenido) y compuestos (grupos de componentes).
Usa anclajes (anchors) para enlazar secciones específicas.
Capa del componente (Within-component layer):
Describe la estructura interna del contenido dentro de cada nodo.
Permite distintos tipos de información, pero deja su organización abierta.
Conceptos clave:
Anclajes (Anchoring): Permiten crear enlaces específicos dentro de los componentes.
Enlaces span-to-span: Conectan partes específicas de un componente con otro.
Link consistency: Si se borra un nodo, también se eliminan sus enlaces.
Instanciación: Cada usuario accede a una "copia" del componente que puede visualizar o modificar.
Limitaciones:
No considera relaciones temporales, dificultando su aplicación a hipermedia como audio y video.
Dio origen al Modelo de Amsterdam, que incorporó el tiempo en la navegación.
Este modelo sigue siendo una referencia en el diseño de sistemas hipermedia modernos.
2. Modelo de Hipermedia de Ámsterdam (AHM)
Es un sistema diseñado para organizar y presentar contenido multimedia de manera estructurada e interactiva. El cual, surge como una evolución del Modelo de Dexter, y se centra en el hipertexto, es decir, en texto con enlaces, pero este no contemplaba la integración de otros tipos de medios, como audio, video o imágenes en movimiento.
Por esta razón el modelo AHM implementa el concepto de tiempo, permitiendo que los diferentes elementos multimedia no solo estén enlazados, sino que también se sincronicen entre sí. En otras palabras, el modelo no solo define qué se muestra, sino también cuándo y en qué orden.
En resumen, el Modelo de Hipermedia de Ámsterdam amplía el concepto de hipertexto al incluir la gestión del tiempo, haciendo posible la integración y sincronización de distintos tipos de medios en entornos digitales interactivos.
Conceptos clave del modelo de Hipermedia de Ámsterdam
Para entender la evolución de dichos modelos, es fundamental distinguir entre hipertexto, multimedia e hipermedia. Cada uno de estos, representa un nivel diferente de interacción y organización del contenido digital:
Hipertexto: Se refiere a la navegación entre textos enlazados. Es decir, es un sistema basado en texto, el cual permite navegar entre diferentes fragmentos de información mediante enlaces. En este caso, se trata de una estructura no lineal, donde el usuario elige qué camino seguir al hacer clic en palabras o frases resaltadas. Por ejemplo, una enciclopedia digital con enlaces entre artículos.
Multimedia: Este habla sobre la presentación de distintos tipos de medios sin enlaces interactivos. Siendo más claros, el término multimedia hace hincapié al uso combinado de diferentes tipos de medios, como imágenes, videos, audios y animaciones. Sin embargo, en un sistema multimedia tradicional, la información se presenta de manera fija, sin permitir una interacción con el usuario más allá de controles básicos (play, pausa, stop). El ejemplo de esta sería un video explicativo sin botones de navegación ni enlaces a otros contenidos.
Hipermedia: Aquí se hace referencia a la integración de hipertexto y multimedia con sincronización temporal. En otras palabras, la hipermedia es la combinación de hipertexto y multimedia, permitiendo al usuario navegar entre distintos contenidos interactivos, con una estructura organizada y relaciones temporales entre los elementos empleados. Por ejemplo, un curso en línea donde el video, el audio y los textos aparecen sincronizados y el usuario puede interactuar con el contenido.
¿Por qué es importante la sincronización en hipermedia?
En los sistemas hipermedia, los elementos multimedia no solo deben estar presentes en la pantalla, sino que deben aparecer en el momento indicado y en el orden correcto. Para ello, está la sincronización que permite a los elementos combinarse de manera lógica, creando una interacción fluida. Por ejemplo, en las aplicaciones interactivas modernas, la información no siempre se presenta de manera estática. Es muy normal que un video, una animación o un audio se desplieguen según una secuencia temporal, en lugar de aparecer todos al mismo tiempo. Por ello, el modelo AHM puede coordinar los elementos mediante reglas de sincronización, lo que evita que los medios se activen de manera desordenada o sin conexión entre sí. Por ejemplo, un usuario que avanza en una presentación según el momento en que presiona un botón.
Tipos de sincronización en AHM
El Modelo de Ámsterdam organiza la sincronización en dos niveles:
Colección: Se encarga de agrupar elementos que deben mostrarse juntos. Por ejemplo, una imagen acompañada de un audio explicativo que deben activarse al mismo tiempo.
Sincronización: Esta básicamente se da la tarea de definir el orden y el tiempo en que aparecen los elementos. Un ejemplo, es una animación debe comenzar primero, y luego, tras 3 segundos, debe aparecer un texto explicativo.
El manejo de la sincronización
El AHM propone tres formas de organizar la sincronización temporal de los elementos:
Estructura oculta: Todo se maneja dentro de un solo componente. Un ejemplo es un video con subtítulos integrados. En otras palabras, es sencillo implementarlo, ya que todo está unido en un mismo archivo. Sin embargo, no permite modificar o reorganizar los elementos por separado.
Estructura separada: Cada parte es independiente, pero se requieren enlaces para conectarlas. Por ejemplo, un sistema donde el video, el audio y el texto están en archivos diferentes y deben sincronizarse manualmente. Así mismo, con esta estructura se tiene mayor flexibilidad para modificar elementos por separado, pero requiere una gran cantidad de enlaces y es más difícil de gestionar.
Estructura compuesta: Una solución intermedia que organiza los elementos de manera flexible. Por ejemplo, una presentación en la que los videos, textos y audios están organizados en módulos sincronizados, permitiendo combinaciones dinámicas. Es decir, esta estructura proporciona un balance entre organización y flexibilidad, pero también puede ser más compleja de diseñar que la estructura oculta.
Es importante resaltar que la sincronización en hipermedia es esencial para garantizar que los elementos multimedia se presenten de manera ordenada.
Enlaces en Hipermedia
En la hipermedia, los enlaces no solo permiten al usuario moverse de una página a otra, como en un sitio web tradicional, sino que también pueden controlar qué contenido se mantiene visible y qué cambia en la pantalla. Esto significa que, un enlace puede actualizar solo ciertos elementos, como un video, una imagen o un fragmento de texto. Por ejemplo, imaginemos que estamos usando una aplicación educativa interactiva; al hacer clic en un enlace, la imagen cambia, pero el video sigue reproduciéndose, así como un texto explicativo se actualiza sin afectar el resto del contenido en pantalla. Así, este tipo de comportamiento se debe gracias a la gestión de enlaces en hipermedia, permitiendo flexibilidad en la forma en que se presenta la información.
Contexto de enlace
Este, también es un nivel de interacción, que de igual manera fue introducido en el Modelo de Hipermedia de Ámsterdam (AHM). El cual, quiere decir que es un mecanismo que define qué partes del contenido deben permanecer visibles y cuáles deben cambiar cuando el usuario interactúe con el enlace. Residiendo principalmente su importancia, al ser aquel que evita la necesidad de recargar toda la página o reiniciar elementos como audios y videos, permitiendo una navegación más fluida.
Por otra parte, los enlaces en hipermedia son mucho más avanzados que en un hipertexto tradicional. Es decir, gracias a este concepto de contexto de enlace, que hace posible controlar qué partes del contenido cambian y cuáles se mantienen visibles, es que se puede generar una mayor interactividad con más dinamismo y eficiencia. Utilizándose especialmente en aplicaciones como plataformas de aprendizaje, museos virtuales o interfaces interactivas, donde la fluidez del contenido son clave.
Atributos de Presentación y Canales en Hipermedia
En la hipermedia, la presentación de los contenidos no solo depende de los elementos multimedia en sí, sino también de ciertos atributos de presentación que deben mantenerse constantes. Entre estos, se incluyen aspectos como el volumen de audio, la fuente y color del texto, para mantener la coherencia visual y facilitar la lectura, y el tamaño de los videos, para que todos los elementos multimedia se muestren correctamente sin cambios bruscos. Es decir, si cada pantalla de una aplicación tuviera que definir estos atributos individualmente, el diseño se volvería desordenado y poco eficiente. Por esta misma razón, con el fin de solucionar esto, el Modelo de Hipermedia de Ámsterdam (AHM) introduce el concepto de canales.
En relación con lo anterior, los canales son una forma de gestionar la presentación de diferentes tipos de contenido multimedia. En síntesis, en lugar de definir atributos individualmente para cada elemento, los canales permiten establecer reglas generales que se aplican a todo el sistema. Por ejemplo, si imaginamos una aplicación educativa en dos idiomas. En lugar de crear dos versiones completamente separadas del contenido, el sistema puede utilizar; en primer lugar, un solo canal de video, que es el mismo en ambos idiomas, y en segundo lugar, dos canales de audio, uno en español y otro en inglés, permitiendo cambiar el idioma sin alterar la estructura visual.
Estructura de la información en el AHM
El Modelo de Hipermedia de Ámsterdam organiza la información en una estructura jerárquica que es compuesta por diferentes elementos multimedia. Con el objetivo de gestionar los contenidos, el modelo divide los elementos en dos tipos de componentes:
Componentes Atómicos: El cual habla de las unidades básicas de contenido. Es decir, son los elementos más pequeños dentro de una aplicación hipermedia. Los cuales representan unidades individuales de contenido, como imágenes, textos, audios o videos. Por ejemplo, un audio de una narración dentro de una presentación.
Componentes Compuestos: Este se enfoca en la organización del contenido. En este caso, son los que agrupan múltiples componentes atómicos y establecen cómo y cuándo se presentan juntos. Por ejemplo, un video con subtítulos en varios idiomas y una narración de fondo.
Arcos de sincronización
Los arcos sincronización son otro concepto, que se usa para asegurar que los elementos multimedia aparezcan en el momento correcto, y por lo cual el AHM lo introduce, estos, determinan el orden en que se presentan los contenidos y las relaciones temporales entre los componentes. Por ejemplo, que un subtítulo aparezca en el momento exacto de un video.
Otros ejemplos pueden ser cuando un video inicia y, a los 3 segundos, aparece un texto, o cuando un narrador habla mientras que en la pantalla se alternan imágenes sincronizadas con su audio.
Maneja el AHM las relaciones temporales
Existen dos formas de organizar el tiempo en hipermedia:
Sincronización de grano grueso: La cual se refiere a la relación general entre los elementos, por ejemplo, primero aparece un video y luego el texto.
Sincronización de grano fino: En esta se explica que la relación es más detallada, por ejemplo, a los 3 segundos del video, aparece una imagen.
3. Periodos evolutivos de la Web
La web es un “organismo vivo” y, como tal, evoluciona. Desde su creación el año 1966, con esa primera red Arpanet, hasta el posterior nacimiento del Internet que conocemos, no ha dejado de cambiar y perfeccionarse. Hemos pasado de una web 1.0 a la 2.0, 3.0 y ahora llega la web 4.0. La web (World Wide Web, o www), es un conjunto de documentos (webs) interconectados por enlaces de hipertexto, disponibles en Internet que se pueden comunicar a través de la tecnología digital.
Etapas evolutivas:
• La Web 1.0: La Primera Etapa de Internet
La web 1.0 es la forma más básica que existe de navegadores de solo texto. urgió alrededor de 1990 y se caracterizaba por ser un espacio en el que los usuarios solo podían leer la información publicada, sin posibilidad de interactuar con ella. En esta etapa, las páginas web eran estáticas, lo que significa que su contenido no cambiaba con frecuencia y solo podía ser modificado por el administrador o webmaster, quien era el encargado de subir la información.
El papel del usuario en la Web 1.0 era completamente pasivo: podía acceder a páginas para leer noticias, buscar información o usar servicios como el correo electrónico y los motores de búsqueda, pero no tenía forma de participar activamente en los contenidos. No existían redes sociales ni plataformas para dejar comentarios o compartir información de manera sencilla, como ocurre en la actualidad.
Un buen ejemplo para entender la Web 1.0 es compararla con una biblioteca: puedes consultar libros y documentos, pero no puedes modificarlos ni aportar tu opinión dentro de ellos. Lo mismo ocurría con las páginas web de esa época: se parecían a vitrinas de información, sin interacción con los usuarios.
A comienzos del nuevo milenio, con la llegada de la Web 2.0, Internet evolucionó de ser solo un medio de consulta a convertirse en un espacio dinámico e interactivo. Las páginas comenzaron a permitir que los usuarios generaran contenido, comentaran, compartieran información y participaran en redes sociales y foros. Sin embargo, aunque la tecnología de los servidores mejoró, lo que realmente marcó la diferencia entre la Web 1.0 y la Web 2.0 fue el cambio en la manera en que las personas comenzaron a utilizar Internet: pasaron de ser simples espectadores a convertirse en creadores de contenido y en parte activa del ecosistema digital. Fue el primer gran paso de Internet, pero su uso era muy limitado en comparación con lo que tenemos hoy. Su importancia radica en que sentó las bases para la evolución de la web hacia un espacio más colaborativo y participativo.
• La Web 2.0: La Segunda Etapa de Internet
La Web 2.0, término acuñado por O’Reilly en 2004, representa una evolución de Internet basada en la interacción y la colaboración entre usuarios. A diferencia de la Web 1.0, donde solo se podía leer información, la Web 2.0 permite a los usuarios crear, compartir y modificar contenido a través de redes sociales, blogs, wikis, foros y plataformas multimedia como YouTube o Instagram.
Esta web es dinámica y bidireccional, fomentando la comunicación y el trabajo colaborativo. Su impacto ha sido enorme, transformando la manera en que accedemos a la información y cómo los medios de comunicación interactúan con el público. Ahora, una noticia no solo informa, sino que también genera opiniones, debates y participación en redes sociales.
Sin embargo, esta democratización de la información también ha traído problemas, como la difusión de noticias falsas o el abuso en los comentarios. Para gestionar este ecosistema digital, se utilizan plataformas llamadas CMS (sistemas de gestión de contenidos), que facilitan la creación y administración de sitios web sin necesidad de conocimientos técnicos avanzados.
Gracias a la Web 2.0, Internet se convirtió en un espacio de intercambio y creación colectiva, donde los usuarios no solo consumen información, sino que también la generan y comparten.
• La Web 3.0: La Tercera Etapa de Internet
La Web 3.0 es una evolución de Internet que comenzó a desarrollarse en 2010 y fue mencionada por primera vez en 2006 por Jeffrey Zeldman. A diferencia de la Web 2.0, que permitió la interacción entre usuarios a través de redes sociales y plataformas colaborativas, la Web 3.0 conecta aplicaciones entre sí para brindar una experiencia más inteligente y personalizada.
Se le conoce como la "web semántica" porque organiza y comprende la información de manera más eficiente. Utiliza metadatos y tecnología de inteligencia artificial para procesar datos y ofrecer resultados adaptados a cada usuario. Además, permite modificar bases de datos directamente, dando mayor control sobre la información.
Otra de sus características clave es la personalización. La Web 3.0 analiza nuestra actividad en línea, como búsquedas, redes sociales y hábitos de consumo, para anticiparse a nuestras necesidades. Por ejemplo, si buscamos un hotel, en lugar de navegar por múltiples páginas, el sistema nos recomendará opciones alineadas con nuestras preferencias.
A diferencia de la Web 2.0, que dependía de los navegadores y servidores tradicionales, la Web 3.0 funciona en la nube, lo que le da mayor autonomía y accesibilidad desde cualquier dispositivo. Esto significa que la información no estará limitada a una computadora o teléfono, sino que podrá utilizarse en múltiples plataformas de manera más fluida.
Sin embargo, esta evolución también genera preocupaciones, ya que implica un mayor acceso a los datos personales. Aunque promete facilitar la vida de los usuarios, algunos expertos consideran que su capacidad para predecir necesidades y ofrecer respuestas casi instantáneas puede ser inquietante.
En el futuro, la Web 3.0 seguirá evolucionando hasta convertirse en la Web 4.0, un Internet aún más inteligente y automatizado, donde la interacción entre humanos y máquinas será más fluida y eficiente. Su objetivo es que cualquier persona pueda acceder a información y herramientas digitales sin limitaciones de dispositivos o formatos, haciendo que la experiencia en línea sea más intuitiva y accesible.
• La Web 4.0: La Tercera Etapa de Internet
La Web 4.0, que comenzó a desarrollarse en 2016, es el siguiente gran avance de Internet. Se enfoca en hacer que los dispositivos sean más inteligentes y predictivos, respondiendo automáticamente a nuestras solicitudes. Gracias a tecnologías como el Deep Learning y el Machine Learning, empresas como Google, Microsoft y Facebook están creando sistemas que procesan información de manera similar al cerebro humano.
Uno de los avances más visibles son los asistentes de voz, como Siri, Google Now y Cortana, que entienden mejor lo que les decimos. Además, los smartphones ahora pueden estar “escuchando” y activarse automáticamente al escuchar frases como "Oye, Siri" o "Hola, Google". También los bots, que aún dependen del texto, pronto podrán entender y responder a nuestra voz de forma natural.
La Web 4.0 mejora la experiencia de búsqueda de la Web 3.0. En lugar de buscar información, podrás decirle a tu dispositivo, por ejemplo, "Compra un boleto de avión" o "Pide un taxi", y el dispositivo lo hará automáticamente. La Web 4.0 se basa en cuatro pilares: comprensión del lenguaje natural, comunicación máquina a máquina, uso del contexto (como ubicación o datos biométricos), y nuevas formas de interacción con los usuarios.
Esta web avanzada permitirá predecir situaciones, como avisarte si llegarás tarde al trabajo o alertar a los servicios de emergencia si tu smartwatch detecta un problema de salud. Además, la computación cognitiva procesará grandes cantidades de datos en la nube, haciendo que los dispositivos nos ayuden de forma más eficiente y que todos contribuyamos con nuestros datos para mejorar la tecnología.
4. Semántica de la web
La web semántica es una evolución de la world wide web donde la información se reúne y procesa de manera que los buscadores puedan entender el significado de los documentos que encuentran e indexan. De esta manera, la búsqueda es capaz de interpretar el contexto de la información y no solo su significado literal.
La definición oficial que otorga la World Wide Web Consortium es que la web semántica es una web ampliada y dotada de mayor significado en la que cualquier usuario de internet podrá encontrar respuestas a sus preguntas de una manera más rápida y sencilla, pues la información está mejor definida.
La web semántica añade información semántica a los contenidos de la web. De esta manera, los buscadores son capaces de entender el contexto en el que se ubica una información y darle el significado adecuado.
Antecedentes
La web se basa en estándares como HTML, que es el lenguaje de marcado utilizado en los documentos como página web, las URL, que es la descripción de la dirección donde se encuentra un documento, y el HTTP, el cual es el protocolo de transmisión para estructurar los datos.
Pero estos estándares no son semánticos. Los documentos HTML rara vez definen qué significa su contenido. Aunque suelen incluir metadatos que ayudan a contextualizarlos, su valor informativo es limitado.
En la web tradicional, las máquinas pueden ubicar un contenido mediante URL, pero no pueden entender su significado. Por ello, la web semántica añade el significado a la web mediante las entidades y las ontologías. Así, las máquinas no solo pueden “ver” la dirección de un contenido y su estructura, sino también entender su significado.
Utilidad
Es posible obtener soluciones a problemas habituales en la búsqueda de información gracias al uso de una infraestructura común, mediante la cual es posible compartir, procesar y transferir información de forma sencilla. Esta web se apoya en lenguajes universales que resuelven los problemas ocasionados por una web que no posee una semántica, en la que el acceder a la información puede ser difícil y frustrante.
Referencias:
Latorre Ariño M. (2018). Historia de la web. Universidad de la República. https://eva.fing.edu.uy/pluginfile.php/209687/mod_resource/content/4/Historia%20de%20la%20Web.pdf
Navarrete Terrasa, T. (2000). MODELOS_HIPERMEDIA. En Google Docs. Doctorado en Informática i Comunicación Digital Universitat Pompeu Fabra. https://drive.google.com/file/d/12n0YHqOMTjw88Z-iTxo1psBSW9TsXnVB/view
Riart, I., & Cyberclick. (s/f). ¿Qué es la web semántica y en qué consiste? Cyberclick.es. Recuperado el 11 de marzo de 2025, de https://www.cyberclick.es/numerical-blog/que-es-la-web-semantica-y-en-que-consiste
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